


El lunes 17 de noviembre, en el Pabellón de Chile en la COP30, Uno Punto Cinco —junto a SOA, Global Shapers Valparaíso, Ocean & Climate Platform, Peace Boat US y Global Ocean Trust— realizó el side event “BBNJ and Latin American leadership in global ocean governance: towards a Technical Secretariat with a focus on climate action and equity”, un espacio que buscó situar a América Latina como protagonista en la gobernanza oceánica en un momento histórico para la diplomacia ambiental .
El evento se desarrolló en un ambiente vibrante, con sala llena y una audiencia diversa compuesta por negociadores, sociedad civil, jóvenes líderes, organismos internacionales y representantes de gobiernos. Desde la moderación, a cargo de Ismaela Magliotto de Uno Punto Cinco, se subrayó un mensaje central: el Tratado de Biodiversidad en Áreas Más Allá de la Jurisdicción Nacional (BBNJ) abre una ventana única para que la región —y particularmente Chile— juegue un rol estructural en la protección del alto mar y en la construcción de una agenda oceánica con anclaje científico, justicia climática y cooperación regional.
Una conversación que cruzó ciencia, justicia y diplomacia

La sesión comenzó con un mensaje especial de Torsten Thiele, Co-Chair del Mecanismo Financiero del BBNJ, seguido por intervenciones de un panel de alto nivel:
- Loreley Picourt, Ocean & Climate Platform
- Daniel Cáceres, Sustainable Ocean Alliance
- Janine Coye-Felson, delegación de Belice ante la ONU
- Matheus Bastos-Zickler, Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil
Cada intervención respondió a una pregunta común: ¿Qué significa avanzar hacia la implementación efectiva del BBNJ en el contexto de la COP30?
Las respuestas coincidieron en que la entrada en vigor del tratado —que ocurrirá en enero de 2026— representa una oportunidad para articular la acción climática con la protección oceánica, superar visiones fragmentadas y potenciar el rol de América Latina como un bloque capaz de liderar una diplomacia azul basada en ciencia y cooperación.
Una región con liderazgo, desafíos y una oportunidad única
Los panelistas destacaron tres mensajes principales:
- La sociedad civil del Sur Global, especialmente en América Latina, posee una capacidad única para impulsar cambios estructurales en gobernanza oceánica. Loreley Picourt subrayó que este impulso territorial debe integrarse formalmente en la implementación del tratado.
- Las juventudes aún están subrepresentadas en espacios de negociación oceánica. Daniel Cáceres enfatizó la necesidad de fortalecer redes de jóvenes líderes que se muevan entre las agendas de océanos, clima y biodiversidad, llevando la voz generacional a espacios como la COP.
- Los países insulares y costeros del Caribe y Centroamérica —representados por Janine Coye-Felson— recordaron que el éxito del tratado dependerá de que principios como equidad, “benefit-sharing” y creación de capacidades permanezcan en el centro del proceso institucional.
Por su parte, Matheus Bastos-Zickler abordó el potencial de establecer la Secretaría Técnica del BBNJ en América Latina, abriendo la puerta para que Chile pueda desempeñar un rol diplomático, técnico y regional de largo plazo que permita disminuir la fragmentación política y fortalecer una gobernanza oceánica coherente.

Mirando hacia la primera COP del BBNJ
El diálogo concluyó con una pregunta abierta sobre expectativas para la primera COP del tratado, que deberá realizarse durante su primer año de entrada en vigor. Los panelistas coinciden: será un momento fundacional para establecer reglas, mecanismos de participación, lineamientos financieros y una arquitectura de gobernanza capaz de responder a las crisis climáticas y de biodiversidad que ya afectan al océano.
Un paso más hacia una diplomacia azul latinoamericana
Para Uno Punto Cinco, este side event significó mucho más que una conversación técnica: fue una demostración del compromiso de la región —y particularmente de la juventud— con una visión de océanos como ejes estratégicos para enfrentar la crisis climática. Fue también un gesto hacia el futuro, donde Chile podría convertirse en sede de la Secretaría Técnica del BBNJ y un articulador clave en la protección del océano global.
Seguiremos impulsando estos diálogos y colaboraciones para que América Latina avance hacia una diplomacia climática que proteja el océano, garantice justicia climática y fortalezca la cooperación regional.




