
En el Día de la Educación y el Empleo del Pabellón de la ONU Brasil en la COP30, se desarrolló el panel “Educating for Climate Justice: Empowering LAC Youth & Women for the Future”, un espacio que puso en el centro la urgencia de fortalecer la educación climática, las habilidades verdes y el liderazgo transformador de juventudes y mujeres. En una región donde 169 millones de niños, niñas y jóvenes están expuestos cada año a riesgos climáticos crecientes, la educación dejó de ser un complemento para convertirse en un eje estructural de la resiliencia y la justicia climática.
La conversación reunió a actores clave del ecosistema educativo y climático regional: UNICEF LACRO, CLAAC, Barranquilla+20, la Green Jobs for Youth Academy (OIT–PNUMA–UNICEF), junto a experiencias comunitarias, juveniles y de género de distintos territorios.
El futuro de la región depende de cómo eduquemos hoy
Uno de los puntos más enfatizados del panel fue la necesidad de transformar la educación climática de lo declarativo a lo estructural. En contextos donde eventos extremos, crisis hídrica, enfermedades transmitidas por vectores y desplazamientos forzados afectan especialmente a niñas, jóvenes y comunidades indígenas, no basta con informar: es necesario formar capacidades para actuar, liderar y proteger territorios.

El panel reconoció que la educación climática con perspectiva de justicia debe integrar:
- Conocimiento científico y saberes comunitarios.
- Desarrollo de habilidades verdes para empleos del futuro.
- Liderazgo juvenil e incidencia política.
- Enfoques de género, cuidados y justicia territorial.
- Programas de formación vinculados a políticas públicas.
Este marco fue ejemplificado a través de iniciativas presentes en el panel que muestran cómo es posible convertir la educación en una palanca de cambio sistémico.
Experiencias que están reconfigurando la educación climática en LAC
COP30 Academy – CLAAC (Ignacio Orellana, Chile)
La Academia COP30 se ha consolidado como el programa de formación climática más grande de América Latina, capacitando a más de 2.500 jóvenes en gobernanza climática, negociación internacional, diplomacia ambiental y justicia climática. Su metodología combina teoría, análisis contextual y trabajo territorial, preparando a una nueva generación de líderes capaces de incidir en procesos globales desde realidades locales.
Green Jobs for Youth Academy – OIT, PNUMA y UNICEF (Brasil)
Vinícius Laguardia presentó los avances de este pacto global que articula formación técnica, empleos verdes y transición justa. Su trabajo impulsa que las juventudes accedan a empleos de calidad en energía limpia, movilidad sostenible, restauración ecológica y gestión de residuos, conectando mercados laborales con metas climáticas.
Diplomado Mujeres Cuidadoras de la Vida – Barranquilla+20 (Colombia)
La iniciativa liderada por Xiomara Acevedo mostró cómo una educación con enfoque feminista puede fortalecer la resiliencia comunitaria. El diplomado forma mujeres líderes en adaptación, restauración de ecosistemas, defensa territorial y justicia climática. Su impacto en comunidades vulnerables lo posiciona como una referencia continental para integrar género, cuidados y acción climática.
Climate Youth Negotiators Programme (Caribe)
La participación caribeña resaltó la importancia de preparar a jóvenes para negociar, representar y defender los intereses de islas que enfrentan una crisis existencial. Sus programas han logrado insertar liderazgos juveniles en espacios de negociación internacional, aportando diversidad, urgencia y una comprensión territorial que suele faltar en las delegaciones oficiales.

Una hoja de ruta regional: de la educación a la gobernanza climática
La sesión también estuvo enmarcada por la presentación de Ecuador de su nueva Estrategia Nacional de ACE (ENACE 2026–2035), una de las más avanzadas de la región. Este documento integra educación climática, participación pública, comunicación y fortalecimiento de capacidades, demostrando que los países pueden convertir compromisos internacionales en políticas nacionales concretas.
En conjunto, las intervenciones señalaron un horizonte común:
sin educación climática no habrá transición justa; sin juventudes ni mujeres al centro, no habrá justicia climática.
Lo que sigue para la región
Desde Uno Punto Cinco reafirmamos nuestro compromiso de fortalecer la educación climática con enfoque territorial, intergeneracional y feminista, y de trabajar por alianzas que conecten:
- evidencia científica,
- políticas públicas,
- programas de formación,
- experiencias comunitarias,
- y liderazgo juvenil.
En un momento histórico donde la crisis climática redefine economía, salud, derechos y democracia, estos espacios en la COP30 no solo aportan diagnósticos: construyen puentes para una nueva gobernanza climática regional, impulsada por quienes heredarán los impactos y las oportunidades del mundo que estamos decidiendo hoy.






